Del hincha para los hinchas: Renacer leopardo




El Atlético Bucaramanga tuvo dos semestres importantes en el último tiempo, o al menos desde que mis ojos han visto jugar domingo tras domingo al equipo Leopardo. El primero fue el segundo semestre del año 1997, cuando fuimos subcampeones de la mano de Carlos Mario Hoyos y llegamos por primera vez en la historia a disputar la fase de grupos de la Copa Libertadores. El segundo fue este que pasó recién, y que hoy como columnista de este blog debo analizar, dando a la vez inicio a este espacio dedicado al cuadro canario, dueño del corazón de muchísimos santandereanos.




La crisis del Bucaramanga tocó fondo en el primer semestre de este año. En 2008 habíamos llegado el infierno: nos hundimos a la B con una humillante goleada en Pereira que me estalló de lágrimas los ojos. Llegó el 2009 y el equipo cabalgó todo el año; para la hinchada leoparda el ascenso era un trámite de un 1 que debíamos cumplir, pero un partido desafortunado en Tuluá y un penal errado por el goleador de entonces nos condenaron a quedarnos a vivir un buen rato en este pozo detestable que es la División B.


La administración de José Augusto Cadena siempre fue nefasta. Se lavó las manos trayendo a los mejores entrenadores pero se dedicó a destruir el equipo -no sé si de manera dolosa- omitiendo pagar salarios a sus jugadores y cuerpo técnico; nombrando gente incompetente para los cargos administrativos, y tomando decisiones erradas que pasaban por su actitud dictatorial al mando de una gran institución que se derrumbó en pedazos por culpa exclusiva de aquel cucuteño que se declara hincha de Independiente Santa Fe.


Los hinchas de siempre estuvimos ahí. Con el paso del tiempo empezamos a acostumbrarnos a la B y a sentirnos cada día más preocupados porque Cadena saliera de la presidencia que por los resultados deportivos. En el fondo sabíamos que de nada servía ganar uno que otro domingo si Cadena seguía al mando, pues no íbamos a ascender jamás con él. Algunos periodistas dijeron que no transmitían más; centenares de aficionados de otrora prometieron no volver a pisar el Coliseo de la Calle 14 hasta que Cadena se fuera de la institución; otros, los que seguimos al pie del cañón soportando estas páginas horrendas de nuestra historia, íbamos al estadio con más ganas de cumplirle al equipo amado que con ilusión de ganar, pues generalmente desde las primeras fechas ya la eliminación era un hecho. Nuestro objetivo era sacar a Cadena del frente del Bucaramanga, más cuando en este 2012 nos llegamos a dar cuenta de que el barco estaba hundido, y hasta se llegó a contemplar la escalofriante posibilidad de que el Atlético dejara de existir como consecuencia de una quiebra que parecía inevitable.

Llegó a dirigir Álvaro Gómez y pensamos que con él el ascenso venía por añadidura. La nómina que el DT quiso armar, José Augusto Cadena se la destruyó, pues a los jugadores más importantes (léase Anderson Zapata, Emerson Chamorro, Cléider Alzate, Sergio Galván) no los trajo, y a los que llegaron como refuerzos no les pagó un centavo, logrando así que el timonel leopardo perdiera 12 jugadores de su plantilla profesional -que renunciaron ante la falta de garantías laborales- y encarara el campeonato con remiendos, quedando en un deshonroso puesto 15° en la tabla general.

Pero llegó la luz. Se anunció que el equipo era vendido a dos hermanos de apellido Álvarez, comerciantes de la región, dueños de una importante bomba de gasolina de la ciudad que pagaron alrededor de 10.000.000,000 de pesos por el 100% del Atlético. La hinchada no lo podía creer. La salida de Cadena fue un respiro gigantesco que vivimos todos como un título, y más cuando nos entreramos de que quien sería el presidente del equipo era Óscar Córdoba, aquel hombre de quien nadie tiene queja alguna, caballero de la cabeza hasta los pies, extraordinario deportista; un ganador desde todo punto de vista. Córdoba llegó a Bucaramanga a "limpiar la casa", a reordenar la situación y a devolverle a esta sufrida hinchada algo que nos habían robado: su equipo.

Desde lo deportivo, la nueva administración Óscar Córdoba ratificó a Gómez en el banquillo y dejó a casi todos los jugadores -a excepción de 2 o 3- que terminaron el campeonato con las uñas logrando meterse a segunda fase de Copa Postobón; asimismo empezaron a llegar los refuerzos, se logró que el departamento se comprometiera a invertir un dinero en la adecuación del estadio, se está trabajando en conseguir patrocinadores importantes para la camiseta amarilla, y paso a paso se está invirtiendo en el amor y el sentido de pertenencia de una ciudad entera para con el equipo de fútbol.

El Bucaramanga va a pelear el ascenso este semestre y de eso no me cabe duda. Ganar la B no es difícil si se tiene contentos a los jugadores y si hay una afición que respalde y acompañe al equipo en ese camino tortuoso. Todo eso lo va a tener Bucaramanga en el segundo torneo, y de seguro América lo tendrá que esperar en la final. Yo solo aspiro a conocer Cali en diciembre, pero me aguanto un año más en la B si tengo la certeza de que el objetivo claro, serio e inexpugnable es regresar a casa. Eso con Cadena no existía.

Hasta la próxima.

Twitter @PedroF_Rugeles

1 comentarios:

  1. Definitivamente la nueva administración brinda una esperanza para poder ver nuevamente en primera a uno de los equipos tradicionales. Y que bueno ver a Oscar Cordoba metido en el cuento.

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