Corazón Blanquiceleste - Crónica de una muerte anunciada


Como si se tratara de un enfermo terminal esperando que cualquier domingo su corazón dejara de funcionar, resultaban los últimos domingos de Racing, esperando que éste paciente dejara de respirar.Y ese domingo llegó, 4 infartos mandaron a este enfermo directo al purgatorio, al infierno en forma de cancha de fútbol; allí, vivió sus últimos momentos de vida, sumergido en la enfermedad que lo aqueja desde hace años.

Alguien alguna vez dijo que el fútbol le otorga a cada uno su lugar, pero en este caso el fútbol omitió, quizá irrespetó los méritos de quienes menos merecían ser los dolientes de la penosa situación de Racing, el más grande de Argentina.Alfio Basile, adquirió toda la gloría que el fútbol le puedo dar, títulos locales, internacionales y ser el Director Técnico de la Selección de su país, hacen hicieron de este hombre un grande dentro de la historia del fútbol argentino, ¡Duélale a quien le duela!

Cuando Basile decidió asumir la dirección técnica de la Academia, lo hizo para cumplir con lo que él llamaba una deuda futbolística, no era menos que llevar al equipo de sus amores a compartir el espacio que dentro del Olimpo del fútbol sólo llegan a obtener muy pocos; advirtió en numerosas ocasiones que él tenía lo necesario para llevar a éste grupo a competir por todo lo que jugara, discurso que entusiasmó como si se conociera que Racing ya era campeón antes de jugar.

Pero la premisa más importante con la que Basile comenzó su proceso con Racing era la de mejorar el comportamiento de Teófilo Gutíerrez en pro de los intereses del equipo, convertirlo en el bastión de una escuadra de ensueño. ¡Cuánta fantasía, cuánta buena intención tenía el “Coco”!. Pero no pasó, lo que no sabía Alfio era que el equipo ya estaba enfermo, ya no tenía vuelta atrás, la condición de éste paciente no tenía cura, estaba muerto por dentro.

Su condición era completamente desfavorable, ya varios especialistas habían quebrado sus esperanzas al intentar levantar a éste paciente y no haber tenido éxito, Russo y Simeone los apellidos de aquellos que fracasaron.Pero el problema estaba más allá de la experiencia y habilidad de los especialistas, ni Russo, ni Simeone ni mucho menos Basile podían devolverle la vida a un paciente que no quería vivir.

Y es que éste Racing estaba muerto, estaba podrido desde hace mucho, la enfermedad que tomaba forma de jugador era cada vez más grande, se hacía más fuerte y nadie hacía nada para controlarla; los síntomas estaban a la vista del público, fríos intensos que provenían del pecho de los jugadores y unos deseos inmensos de congelarse en cualquier lugar, hacían de éste cuerpo invernal un muerto esencial.

Con el acta de defunción debajo del brazo, el paciente decidió que era hora de ofrecerle a sus dolientes una última función antes de partir, una muestra que no olvidarían jamás. Y ese domingo la función llegó, para ver cómo el paciente decía adiós, se iba dejando a Racing en medio del dolor. Ojalá que sea el último dolor.¿Por qué fue tan difícil detectar que la enfermedad estaba ya dentro de Racing?, Que no era cuestión de especialistas vestidos de Director Técnico, que el problema lo llevaban los 11 intérpretes que saltaban a defender los colores de Racing.

Comentarios del escritor:
Ya se fueron “Teo” y Jacob; pero Basile nombró que además de estos dos, Matías Martínez y Giovanny Moreno, eran quienes tenían podrido el camerino del equipo, en palabras que le manifestó a Gastón Cogorno, Presidente del club. La Comisión Directiva debe implementar sistemas de calificación de objetivos a los jugadores del club, en tanto que se evalué el desempeño de cada uno dentro y fuera del campo de juego.

Escribió: Nicolás Tenjo
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1 comentarios:

  1. Excelente artículo Tenjo. Completa radiografía de lo que le pasa a Racing en tu opinión. Estaré pendiente a lo que venga.

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