No
me gusta, no me gusta, no me gusta ¡! Finalizada la temporada con otro Alirón más
para los que visten de blaugrana emulando el record de puntos de Mourinho y con
un futbol poco vistoso durante muchos pasajes pero aún con el ojo aguado por la
catástrofe sufrida ante la maquina alemana del Múnich, estas palabras han sido
el pan de cada día de muchos culés a raíz de las decisiones tomadas en cuanto
al futuro del club y la avalancha de noticias suscitadas durante este verano
europeo.
Terminada
la Liga, comenzaron las especulaciones sobre el futuro de muchos jugadores e
inclusive sobre la continuidad del Míster, pero todo se diluyó con la llegada
del astro Brasilero Neymar y la Copa Confederaciones, yo veía el torneo con
bastante recelo, ya que no olvidaba la carga de partidos del bloque blaugrana
que hace tiempo no tiene una pretemporada relajante y todas mis preocupaciones
tomaron forma luego de la semifinal ante Italia que sin duda alguna pasaron
factura en la final, donde a los ojos del planeta y en un calco de la semifinal
de Champions, casi los mismos nombres fueron ultrajados sin compasión por la
auriverde.
La
llegada del mago del empeine supuso un descanso y una ilusión para los culés ávidos
de noticias para el equipo, sin embargo aún no sabemos si Neymar será parte de
la escuela del príncipe Didi que tenía por principio la supremacía colectiva o
la del Rey Pele cuyo pilar era la supremacía individual, pero no se habla de
ello y de allí viene el porqué de mi entrada, en una decisión polémica la
directiva encabezada por Sandro Rosell dio salida a David Villa con rumbo al Atlético
de Madrid por una cifra cercana a los 5 millones de euros, gran parte de los
seguidores, que todo hay que decirlo, han llegado a estas tierras blaugranas
por esnobismo, saltaron a quejarse y romper sus vestiduras, exigiendo la
hoguera para el presidente y juzgando como ignominia lo sucedido.
Los
seguidores que llevamos más años bien sea por convicción o por edad, (voy
camino inexorablemente hacia mis 30, de los cuales 12 han sido de amor profundo
por esta institución) tratábamos de hacer un llamado a la calma, recordando la
campaña pasada donde el máximo artillero histórico de La Roja brilló por su
bajo rendimiento a causa de la lesión sufrida en el Mundial de Clubes y la poca
ascendencia que había tenido en el grupo tras su retorno, sin olvidar su edad
lo que hacía un poco más explicable él porque del traspaso pero no, las hordas
antirosellistas exigían dimisión y acudíamos a una sublevación digna de Egipto
o lugares circundantes.
Pero
todo esto había tenido su eclosión cuando el club decido rescindir el contrato
de Eric Abidal por razones médicas, con dolor asistimos a aquella rueda de
prensa, donde el jugador nos narraba que el club no contaba más con sus
servicios, allí muchos comenzaron sus ataques frontales hacia la directiva, ya
que no comprendían el por qué se hacía eso, que no era el modo, que la era de
los valores había terminado, yo aquí acudo a algo básico y es que el grupo no podía
seguir más disperso por las situaciones medicas de sus miembros, creo que todos
amamos a Abidal, pero los ciclos se deben cerrar y los clubes sociales quedan
en otros lados, del mismo modo así lo entendió Tito Vilanova quien lacónico meses
después anuncio que recaía de su enfermedad y no continuaba más al mando del
equipo.
Pero
los no me gustas han sido verbo en el último tiempo, Deulofeu cedido al
Everton? No me gusta, Bojan al Ajax? Y por qué no se vende? No me gusta,
Muniesa, Fontas y Thiago vendidos? Sobre todo en el último caso los alaridos de
quejas llenaban las redes sociales, se iba el nuevo Xavi, horror, corten la
cabeza de Rosell, curioso que cuando lo vi en el partido de la Súper Copa
Alemana con la camiseta del Bayern y cuyas desasistencias costaron sendos
tantos del Dortmund, esas voces no sonaban tan claras.
Y
como olvidar el ataque frontal de Pep Guardiola, apóstol del Barcelonismo quien
cargó sus baterías de nuevo ante el maldito nombre de Rosell y su junta, como
clamaban las voces pidiendo dimisión, la horca, la silla eléctrica, incluso
algunos osados pedían el retorno de Dinho, pero callaron ante la réplica del ex
técnico Vilanova, quien desmintió todo, aquellos que defienden al de Sampedor a
capa y espada olvidan que ahora el actúa bajo otra divisa y que las cosas
cuando finalizan hay que dejarlas ir.
Podría
seguir horas, frente al ordenador narrando como los blaugranas han dejado el
futbol a un lado para hablar de cosas que no van al caso, algunos con mucho
fundamento criticaron la llegada de Gerardo Martino por su falta de experiencia
en Europa, otros porque si, otros están afanados por la llegada del central,
otros siguen al rebaño que con el “Malleus Maleficarum” en la mano, continúan la cacería de brujas,
olvidando que lo que interesa es la estabilidad del equipo, yo por mi parte no
soy hincha de ningún jugador, soy seguidor del azul y bordó, no me interesa que
vuelva Laporta a quien le debemos el desangre económico del club y menos que
siga Rosell quien actúa tan cerebral que olvida la pasión con la que se fundó
el club, solo me interesa, estar allí siempre alentando como cuando solo ganábamos
el Joan Gamper porque no había para más o como estos 5 años llenos de éxitos,
desde donde sea, a la hora que sea y entendiendo que hay cosas más allá de mi
ser, pero que si existe algo más superior que esas fuerzas del mercado, de la lógica
o del poder y es el amor, ese amor que me tiene aquí y que nunca me permitirá claudicar
y espero que esos, que andan predicando el No me gusta!, dejen de vivir, en la
piel de Carlos Antonio.
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