Copa Confederaciones Brasil 2013: ¡Gracias, Tahití!

Cuando Australia decidió desafiliarse de la Confederación Oceánica, todo mundo daba por hecho que Nueva Zelanda, era el nuevo capataz de esa zona. Para mucho le resultó sorprendente que el campeón de esa zona, fuese un equipo que en su nómina apenas tiene un jugador profesional, ya que los demás ven en el fútbol un pasatiempo. Uruguay fue el último en despedir a Tahití, que se ganó millones de seguidores en el mundo por las excelsas muestras de humildad que demostró en los 3 juegos que disputó.

Así se despidió Tahití de Brasil. Fuente: www.lafm.com.co

Tahití es un campeón porque le demostró al mundo la humildad que a veces es mal vista en el fútbol. Ellos hicieron de su inferioridad futbolística la mejor arma para que el planeta Tierra entendiera que los futbolistas siguen siendo seres humanos.

Siempre que comenzaba un partido, los "oceánico", el regalaban un collar a jugadores y técnicos, en señal de agradecimiento. Todo un gesto de gallardía pura, en medio de la alegría de su pobreza futbolística.

El partido contra Uruguay, como se esperaba, resultó ser muy fácil para los "charrúas", que golearon con simplicidad al conjunto oceánico. Se destacó Abel Hernández, delantero del descendido Palermo de Italia, al anotar 4 veces; el 50% de los goles del encuentro. Después de eso, no hay nada más qué comentar de ese encuentro.

Tahití nos mostró que más allá del fútbol, existen otros problemas con los cuales las personas debemos lidiar, pero a veces lo hacemos de manera chocante y álgida. Ellos, sin embargo, pese a los problemas siempre regalaron sonrisas. Incluso, Vallar, capitán del conjunto tahitiano, siempre aprovechaba las cámaras para manifestar su condición de desempleado.

Nadie olvidará a este conjunto. Su fútbol emocionó más por lo limitado -una de esas ironías del fútbol-, que por lo estético.

Con la salida de Australia de la confederación de Oceanía, veremos más equipos como Tahití, que nos harán emocionar como lo hizo el conjunto dirigido por Etaeta.

¡Gracias, Tahití!

Escrito por Mauro Alejandro Gutiérrez Salgado
Bogotá Distrito Capital, Colombia
@MauroGutierrez
mauroagutierrezs@gmail.com