Foto: El País. |
Hablar como hincha sobre la situación actual del América es realmente difícil. Y es que en verdad sabíamos en el fondo lo que iba a suceder en los cuadrangulares de ascenso. Solo que el sentimiento y la pasión hacen que nos olvidemos un poco de la realidad y tratamos de ver lo que no es.
Un equipo que no ha sido armado
para ascender deja mucho qué pensar, no hubo refuerzos de categoría, no se corre
el riesgo de invertir como se debe para lograr un único objetivo que es claro
para todos menos para la directiva, o por lo menos, así se ve.
En esta ocasión no hablaré del
partido vs Unión Magdalena, creo que ya todos vimos lo que paso y no vale la pena
recordar. Más bien, es hacer una reflexión de lo que está pasando y lo que
pasará con el 13 veces campeón de Colombia, hoy hundido en un infierno sin
salida que a los directivos parece agradar. Y digo agradar porque ya son cuatro
años ¡cuatro años! en segunda división y no se les puede estar metiendo los
dedos a la boca a una hinchada que ha sido más que paciente en este tiempo. Es
que el patrimonio más grande y de más valor que tiene América es su hinchada y
eso no es mentira para nadie. Ilusionar cada año o cada que empieza el Torneo no
es de una directiva seria.
“Nuestro papel es tener una participación
digna en la B”
Osberth Orozco, accionista y directivo de América.
Duele ver el pensamiento actual
de los de arriba, ¿es que ya somos un equipo de la B? El papel principal ya no
es ascender sino “participar dignamente” en el Torneo de 16 equipos, al menos
así lo hace parecer el señor Orozco. ¿Con qué optimismo recibe el hincha este
tipo de declaraciones? ¿Cómo confiar en los que han venido manejando al equipo
a su antojo? América necesita no solo un
revolcón deportivo, sino administrativo, un cambio organizacional que piense y
apunte a un mismo objetivo y es el de ascender.
Para regresar a la A hay que armar un equipo con jugadores
categoría A, jugadores que conozcan la
historia de la camiseta que se ponen y sientan el compromiso con esa camiseta,
con esa historia y con la hinchada.
Se requiere de mucho para que el
hincha americano olvide esta pesadilla que se ha hecho eterna, pero el
sentimiento sigue intacto, porque la laureada historia no la pueden
borrar. No sé hasta qué punto el hincha
rojo aguante, cuántas marchas se tendrán que hacer, o cuántas sillas vacías
tendremos que dejar en los estadios de ahora en adelante, porque la voz de un
pueblo es grande y de alguna u otra forma hay que hacerse sentir. Sin embargo,
América es como ese amor de toda la vida que nos duele dejar, que sin importar
la gravedad de la situación ahí estaremos y quizá veamos quienes se abonen este
semestre y quizá veamos a quienes alienten y canten desde las tribunas
porque América no deja de ser “La pasión de un pueblo” y es el sentimiento
del hincha el que mantendrá encendida esa “mechita” que volverá y hará vibrar a
propios y a extraños.
Por: Julián Serrano
@julianserrano
Palmira, Valle
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