Cuando uno estudia las bases de la anatomía de cuerpos complejos como los de los seres pluricelulares con sistemas nerviosos y óseos desarrollados, lo primero que se aprende es que un sistema es un conjunto de elementos interdependientes que funcionan entre sí con un objetivo específico, es decir, si uno de esos elementos falla, el sistema colapsa. Es así como el cuerpo humano sin cabeza no funciona, de esta manera, la geopolítica alemana clásica (décadas de los 30 y los 40’s) entendió al Estado como un ser racional y, realizando una construcción de un discurso análogo a la biología, elaboraron toda una teoría sistémica de funcionamiento político del Estado: el Estado, como todo cuerpo humano, sin cabeza, no funciona.
Millonarios vs Santa Fe. Fuente: www.millonarios.com.co |
Quiero ser pionero en la elaboración de una teoría sistémica del funcionamiento de un equipo de fútbol realizando una analogía entre la biología y lo que sucede tanto en la cancha como fuera de ella. El fútbol expresado en clubes o en selecciones nacionales se convierte en un sistema: los clubes o las selecciones nacionales son un conjunto de elementos interdependientes que funcionan con un objetivo específico, si falla uno de estos elementos, el sistema falla. Los elementos que componen la estructura de los clubes son la junta directiva, el presidente, los socios (para los clubes que se democratizaron a partir de la ley del deporte) entre otros funcionarios de la rama administrativa, más todos quienes componen la rama deportiva, es decir, cuerpo técnico, director deportivo (si lo hay), divisiones inferiores, cuerpo médico, utileros y por supuesto, jugadores.
Entiéndase a la “hinchada” desde este momento como un elemento paralelo al sistema, cuyo accionar fortalece, según las diferentes capacidades que posea este elemento, el accionar del sistema (o lo debilita, dependiendo el caso). Digo paralelo y no externo porque si fuese externo, el hecho de que la gente acuda a los estadios o no, no afectaría en lo absoluto el funcionamiento del sistema llamado club, pero, contario a eso, si lo afecta. Es paralelo porque del accionar del sistema y de su correcto funcionamiento depende la respuesta del elemento “hinchada”, y viceversa, del movimiento de hinchas depende el funcionamiento del club.
Entendido el sistema acudamos a la analogía con la que empezamos: nótese que en los dos primeros ejemplo, tanto en el que apela a la biología pura y simple como al que apela a los discursos políticos hay una cosa evidente: Sin cabeza, el sistema no funciona. Permítaseme decir que un club de futbol que, actuando como sistema, no tiene cabeza, no funciona. Amigo hincha de Millonarios, y del fútbol en general, reconozcamos hoy que esta descripción biológica pura y simple aplica tal cual para Millonarios. Hoy Millonarios es un sistema sin cabeza, por ende, no está funcionando bien.
La ventaja es que el elemento paralelo al club funciona de manera perfecta. En Millonarios sucede lo que no sucede con los otros 35 clubes del futbol colombiano: en la posición 1 o en la 20 (o en la 36 como en la copa), la hinchada paga la boleta más cara de todo el país y acude al estadio siempre de manera entusiasta y masiva. Permítame preguntar ¿Por qué en los últimos años solo viene funcionando el elemento paralelo y no el sistema cómo tal? ¿Es un caso anormal de un sistema que se denomine “club de fútbol”? No. River Plate descendió por una mala administración, la hinchada siempre acompañó a la gloriosa banda en cada partido de la segunda división de Argentina y en tan solo una temporada regresaron a primera división, además, siendo campeones. Ejemplos como ese hay varios en el mundo.
¿Por qué no hablo del clásico ante Santa Fe y del partido ante Águilas de (escriba aquí el nombre de donde sea que sean oriundas las aves sin nido)? Porque es inocuo leer esos partidos cuando no se puede interpretar nada, todo porque Millonarios hoy no tiene cabeza, ni en la parte administrativa, ni en la parte deportiva. En lo administrativo se sabe que el presidente es un señor con canas llamado Enrique Camacho cuya función la representaré con los siguientes símbolos: ¿? Pero además de eso, se sabe, por obviedad, que el equipo lo maneja Gustavo Serpa. Asumamos que desde esa posición se hicieron todos los esfuerzos para armar un buen equipo (y a pesar de los resultados sigo considerando que es así, no hay que olvidar que hace bastante tiempo no estaban los refuerzos listos para antes del inicio de la pretemporada). ¿Qué está fallando? Sencillo, un técnico que sale a dar declaraciones del estilo de “no sentimos el apoyo de la hinchada” o “la presión no nos está ayudando para nada” o “el siguiente puede ser mi último partido en Millonarios”.
¿A qué está jugando quién debe ser la cabeza, el líder de este equipo? Lunari está perdido. Si la cabeza falla, todo el sistema se derrumba. Eso es Millonarios hoy, un equipo que no tiene cabeza, y eso se evidenció más que nunca en el clásico del pasado sábado en la noche, el cambio de Javier Reina quien hacía gran partido ante el rival de patio nadie lo entendió: hace mucho no se silbaba en el campin un cambio. ¿Cuál es el mensaje que envió Lunari con su discurso de “puede ser mi último partido en Millonarios”? El mensaje es de una persona derrotada, que no lucha hasta el final, de una persona con miedo, que no acepta las críticas (las sanas y las que no) y sobre todo, que no ha entendido, desde el banco técnico, lo que significa Millonarios: Mono querido, un equipo grande, por el hecho de ser grande, y al ser el más grande del país, SIEMPRE VA A TENER PRESIÓN.
Al señor Luis Mosquera le hago un párrafo especial para decirle una cosa sencilla: váyase a jugar a un equipo donde NO se note su falta de ganas y su pereza abundante. Es desesperante la actitud de este jugador que hace rato debió haber salido de un equipo tan grande como Millonarios. Sé que atrás, en las divisiones inferiores hay jugadores que darían su vida por jugar donde usted tuvo la oportunidad de hacerlo. Espero muy pronto tener la noticia de su salida del equipo. Creo, por lo que vi el sábado, toda oriental me apoya.
Ricardo Lunari, imploro a los coros celestiales que la actitud de la hinchada el sábado haya sido la muestra de lo erróneo que estabas en tus declaraciones, no hay hinchada con tanto fervor como la de Millonarios, y que de una vez por todas et aprietes los pantalones para sacar este barco adelante, si no es así, no nos arriesgues más a resultados que no son dignos de esta institución. MILLONARIOS NO PUEDE SALIR A EMPATAR PARTIDOS. Esta hinchada, la más grande del país quiere una cabeza en el banco que haga funcionar el sistema, quiere un verdadero líder en la cancha.
Millonarios querido, nunca estarás solo.
Michael Andrés Méndez Torres
@maicol841 en twitter
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