Foto: COLPRENSA
Igual que muchos, inconforme
con el manejo de la televisación del fútbol en Colombia, me tocó salir a buscar
un lugar dónde ver el partido en la noche del sábado. Recuerdo que el último
partido que le televisaron al naranja en condición de visitante (fuera de
Antioquia) también fue en Bogotá; aquel partido de cuartos de final frente a
Millonarios. Poco nos tiene
acostumbrados la prensa a televisar los juegos del Envigado, pero eso a la
hinchada naranja no le preocupa.
Desde que dieron la formación
envigadeña, antes de comenzar el encuentro, se podía predecir claramente cómo
iba a ser la forma de juego. Una línea de volantes nutrida con 5 hombres y uno
solo en punta daban muestra de un planteamiento defensivo. El sacrificado, “el
pájaro” Carpintero: dolor de cabeza para los santafereños.
Los que conocemos el sistema
de juego de Sarmiento sabemos que no iba a arriesgar mucho, pues por ahora el
equipo no tiene mucha necesidad, ha venido sumando puntos de local en su gran
invicto y ha podido conseguir otros pocos de visita. Envigado iba por algo, y
algo se trajo.
El primer tiempo fue una
buena muestra de lo que el conjunto naranja ha venido haciendo de local. Tomó
el balón en muchas ocasiones, le dio buen manejo y trató de buscar a su
goleador Córdoba, y de esa manera, por momentos, hizo ver mal al cuadro
embajador. Santa Fe por su parte, insistía cada vez que tenía la pelota. El
juego se hacía dinámico y se desarrollaba mucho en la mitad del campo.
Dos jugadores fueron
fundamentales en esa primera etapa; los volantes creativos de ambos bandos. Ómar
Pérez fue el jugador que más generó peligro en el equipo de la capital. Esta
vez no fue porque de sus pies salieron habilitaciones determinantes sino porque
tuvo un remate clarísimo que tiró por fuera y un cabezazo que pegó en la raíz
del palo. El otro, Neider Morantes, organizó el equipo, manejó la pelota y
habilitó claramente en varias ocasiones a Córdoba pero este no pudo capitalizar
ninguna. Sin embargo, el “8” naranja sí concretó la que tuvo; jugada rápida que
se decretó como penal y Morantes que había desperdiciado los últimos penaltis
que había cobrado, decidió picarla a todo el centro y fue el primero para los
antioqueños. Golazo.
El segundo tiempo fue mucho
más difícil para los naranjas pues el técnico cambió nombres y cerró el módulo
lo que le permitió al equipo bogotano tener mucho más peligro en la portería
contraria. De no ser por la mala puntería de los delanteros la segunda etapa
hubiera tenido más goles, pero no fue así. Sólo hasta que el árbitro decretó un
penal en una jugada de tiro de esquina, el equipo local pudo anotar. Esta vez
el otro protagonista, Pérez, puso a celebrar a la afición en El Campín.
De ahí en adelante, hacer
fuerza y esperar que el reloj corriera, que la zona defensiva no cometiera
errores y que el arquero, lesionado y sin más cambios, aguantara el marcador. Y
afortunadamente así fue. En complicidad con la mala puntería de los de Santa Fe
se logró el empate en la capital. Un buen primer tiempo, un segundo que no
tanto y un punto valioso para respirar tranquilos en lo alto de la tabla. Ahora
de nuevo a jugar en casa, ver el fútbol de frente, en vivo y en directo y dejar
la televisión, con su negocio y sus intereses, a un lado.
Por: Juan David Villa
Envigado, Antioquia
@jdvlazio
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