Para nadie es un secreto que el fútbol argentino se emparejo por lo bajo, que los técnicos que pregonaban el buen juego se vieron absorbidos por esa postura resultadista que se impone como tendencia.
Racing no es ajeno a esto, no creo que el partido de ayer halla servido para entusiasmar algún hincha, antes por el contrario, este domingo TODOS los racinguistas tuvimos un día bipolar; primero, con el optimismo desbordado conocedores que una victoria nos catapultaba a la punta en soledad, nos ilusionamos al pensar que con tanto ex granate en el plantel alguno tomaría el protagonismo y sería el verdugo de su ex club.
Sin embargo, con el inicio del partido y el transcurrir de los minutos golpeamos la dura realidad al percibir que presenciábamos una batalla por el medio campo, donde abundaba la pierna fuerte y las ideas brillaban por su ausencia, todos entendimos que el partido se definía por un pestañeo de alguna defensa y, como siempre, fue la de Racing la primera en concederlo, por esa vulnerable franja izquierda que reúne cada vez más méritos para convertirse en el Talón de Aquiles del equipo.
Luego, el partido se convirtió en un padecimiento abrumante al ver como un equipo sin líderes en el campo de juego seguía sufriendo el partido sin ofrecer respuestas, hasta que el demonio Hauche aprovecho un grosero error rival y nos brindó algo de luz para permitir continuar en la pelea y con el invicto.
Como conclusión rescato el partido de De Olivera (héroe nuevamente) Migliónico y Hauche. Pero me preocupa el rendimiento de dos piezas que se supone son fundamentales en el esquema de Zubeldía, Camoranesi y Sand;. Camoranesi no marca ni crea juego y Sand lleva 5 partidos ausente de 6 jugados en la temporada evidenciando una lentitud y falta de hambre desesperante.
Queda un último esfuerzo esta semana antes del párate por eliminatorias que puede ser muy provechoso para recuperar soldados y fortalecer el sistema de juego que, por ahora, carece de profundidad, falta de gol y disposición para asumir el protagonismo de los partidos, aunque reconozco avances pienso que todavía tenemos serias deficiencias en casi todas las líneas y a San Martín hay que ganarle CUESTE LO QUE CUESTE.
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