Frente a la Real Sociedad, el equipo falló cuando no podía fallar. Después de una racha importante de resultados, que trajeron una remontada que hacia soñar, a falta de dos fechas para el final de la liga el equipo está casi sin chances de obtener un cupo a la próxima edición de la Champions League, y con la presión de saber que el mínimo descuido lo puede dejar fuera de Europa. El empate, encajando otra vez un gol en tiempo de descuento, echó por la borda el punto rescatado la fecha pasada, que dejaba al equipo dependiendo de si mismo para lograr la clasificación.
El gol de Falcao en el último minuto contra el Betis nos dejó a 6 puntos de distancia del Málaga, quien tenía el último cupo a la Champions. Después de dejarse remontar increíblemente en los minutos finales, este punto dejaba la esperanza intacta ya que en la siguiente fecha el Atlético jugaba de local, mientras que Málaga visitaba el Camp Nou. Según los pronósticos optimistas, al finalizar esta fecha deberíamos estar a solo 3 puntos de distancia, con lo que el próximo partido, en el que se recibe al Málaga en el Calderón, iba a definir la clasificación (máxime cuando el desempate por puntos favorece al Atlético). En efecto, como era previsible el Barcelona le ganó contundentemente al equipo de Pellegrini pero fue nuestro equipo el que no logró el objetivo necesario.
Desde el inicio del partido se vio un equipo espeso, tal vez cansado, que en nada se pareció al que deslumbró en la eliminatoria frente al Valencia. El primer partido transcurrió con un juego lento previsible y aburrido, con pocas llegadas en los arcos. El plan de la Real era claro, esperar y contragolpear en busca de un espacio que le permitiera llegar al gol. Por parte del Atlético, la tenencia del balón no se transformó en ocasiones claras de gol. La circulación del balón fue lenta, como acusando el esfuerzo hecho en los últimos partidos. El partido llegó empatado al descanso.
El segundo tiempo empezó igual pero, en el minuto 54, Gabi hizo el primer gol del partido. El gol llegó de la única forma en que parecía posible; un tiro de media distancia. El partido transcurrió en la misma tónica hasta que, en el minuto 70, Gabi se empecino en pasar de héroe a villano. En una de esas acciones incomprensibles en un futbolista profesional, más aun en un momento como este, el jugador del atlético reclamó airadamente la decisión del juez de pitar una falta en la frontal. Si bien para mí no existió la falta, no tiene sentido que un jugador reclame al punto de ser amonestado una decisión que ya no tiene reversa. Menos aún, si se trata de un jugador en constante riesgo de amonestación por su posición en el campo y su función en el equipo. Fue así como, tan solo 3 minutos después, Gabi cometió una falta cerca al área que le costó la segunda amarilla y por consiguiente la expulsión. Seguro que en ese momento se acordó del acto infantil que minutos atrás le costó la primera tarjeta. A partir de este momento el partido cambió por completo. El equipo acusó el hombre de menos y se replegó para buscar mantener la diferencia. Casi logra el objetivo si no fuera por otro de los errores costosos que últimamente le cobran al equipo. En el último tiro de esquina del partido, una mala cobertura permitió que un jugador de la Real cabeceara, formando un barullo de piernas en el área pequeña. El defensor del Atlético intentó cubrir el balón para que Courtois lo agarrara, pero un malentendido y la lenta reacción del arquero dieron tiempo suficiente para que el balón saliera hacia la mitad del área, donde Vela solo tuvo que empujarla a gol. No hubo tiempo para reaccionar y el partido termino con un reparto de puntos perjudicial para el equipo.
Con esto, quedamos a 5 puntos del puesto de Champions, por lo que aun ganándole al rival directo en la próxima jornada, debemos esperar poco menos que un milagro para que se den los resultados necesarios. No solo debemos esperar que el Málaga no pueda ganar en condición de local en la última fecha, sino que también hay que esperar que el Levante no gane sus dos partidos. Triste manera de acabar con la esperanza de disputar el máximo torneo a nivel de clubes. Esto es, además, contraproducente para la intención del equipo de retener al colombiano Falcao una temporada más y asegurarse el regreso de Diego para la próxima temporada (actualmente cedido por el Werder Bremen).
PD: Hoy se conoció por boca del propio protagonista que Luis Amaranto, en principio, no seguirá en el equipo la próxima temporada. Una lastima por este gran profesional pero entendible desde el punto de vista del jugador, quien no ha contado mucho para Simeone. Me quedo con la frase pronunciada al ganar al Fulham en la final europea: "Lo mejor que me ha pasado en la vida es pertenecer a este equipo".
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