Tribuna Merengue: En el futuro se habla de un día Glorioso



Las campanas de la iglesia marcaban el medio día en Madrid con su universal sonar. Era miércoles 22 de mayo, a tan sólo 3 días de la gran final.


El cuerpo técnico alistaba sus maletas cuidadosamente sin olvidar detalle alguno, no querían tener apuros de último momento. Con un ambiente inundado por preguntas e interrogantes, no se decía palabra alguna. La solemnidad del instante era terrorífica e inquietante. 

Cerrando la última maleta, el Mister apoyó sus manos sobre la misma, levantó sus ojos y dijo:
- "Ustedes quizás sean el mejor equipo que jamás tendré. Hoy, debemos hacerle saber al equipo que en la cancha no están solos"

Bajó su mirada y con una leve risa dijo:
- "... y ojalá ellos no nos dejen solos."

Al salir de aquella habitación se encontró con todo el plantel a su espera. Cada uno de los convocados para el gran partido estaban en la sala conjunta esperando por las órdenes de su jefe dentro y fuera de la cancha. Estaba el jóven francés, el cerebro español y el genio croata. Los goleadores estaban a su derecha y los arqueros al fondo; ahí estaban los españoles uno de ellos aún conmovido por la titularidad. El capitán del equipo estaba en el centro con una sonrisa al lado del goleador portugués quien con reverencia se quitó la gorra frente al Mister. Los alemanes junto a los argentinos sonreían agradecidos.

Con admiración y emoción en sus ojos, Mou chocó sus manos una y otra vez generando el sonido del reconocimiento. Su asistente hizo lo mismo al compás que el DT marcaba con sus palmas. El sonido de todo el plantel aplaudiendo era algo conmovedor, era la banda sonora del club más glorioso.


Viernes 24 de mayo y en Londres el ambiente era fantástico. Cada estación de bus tenía fotos de las grandes estrellas; algunas acaparaban la magia de CR7 y otros alardeaban del talento rival. La publicidad hacía que esta final fuese el evento del año y que el mundo entero supiese de esta maravillosa cita. Cada entrenamiento del Real Madrid era objeto de fotos, entrevistas, rumores y especulaciones. Todos querían saber que plan tenía Mou para contrarrestar el poder del contrincante. Pero el portugués no daba importancia y repasaba junto a su asistente el plan de ataque.


25 de mayo, Londres y el mundo estaban ansiosos por el inicio del encuentro. Las calles alrededor del legendario Wembley Stadium se llenaban de hinchas apasionados a la espera de sus ídolos, una vez más el blanco reinaba y las banderas madridistas inundaban el ambiente. La orden del DT José Maurinho era clara para su plantel. Al llegar al estadio debían disfrutar tanto como fuese posible el momento, debían sonreír a las cámaras y ser amables con sus seguidores. En el camerino debían hablar positivamente de su rival y ser optimistas con las especulaciones acerca del partido.

El arribo del Glorioso Real Madrid fue épico, ensordecedor y hermoso. Y después de disfrutar de la orden del Mister, se dirigieron a su camerino donde sucedería algo digno de recordar. El goleador portugués jugaba y divertía a sus compañeros con sus fabulosas jugadas, haciendo del balón una extremidad más de su cuerpo. En ese momento ingresó el jefe y CR7 aprovechó para pasarle el balón, Mou lo detuvo con su pie derecho, sonrió sin quitar la mirada de la pelota y pidió silencio. 

Un suspiro fue la introducción al más emotivo e inspirador discurso que jamás haya escuchado del técnico portugués. Nunca hubiese imaginado escuchar aquella unión coherente de pensamientos por parte de Mou. Era increíble como cada letra salía de lo más profundo de su ser. Cada jugador e integrante de la plantilla escuchaba con atención, atendía cada palabra y acataba cada orden. Nadie bajó la cabeza, nadie retiró su mirada. Todos veían con orgullo, no a su director, sino a su futuro.

Cerrando 5 minutos de charla, el mejor técnico del mundo dijo:
- "No somos los mejores del mundo, pero no hay nadie mejor que nosotros."
Regresó el balón a los pies de Cristiano, giró y se marchó. 


Se dice que ese día el Real Madrid jugó como nunca antes lo había hecho y lograron un récord en Europa que nadie ha superado. Se dice que generación tras generación se ha contado esta historia y aquél discurso a inspirado a miles en el mundo. Se dice que ningún otro equipo ha logrado ni logrará aquella hazaña. Ojalá pudiese devolver el tiempo al 25 de mayo del año 2013 para que ustedes mismos puedan ver lo que hizo José Maurinho con el Real Madrid ese día. 



Juan David Ríos Olave
Bogotá, Colombia
@JuanRCharcos
Escritor para Fútbol Libre y Toco Madera Blog.

6 comentarios:

  1. Espero que esa historia se de, pero que tenga distinto final. ¡Cuán ansia tengo de ver una final Real Madrid - Bayern München y que los bávaros ganen el duelo más épico a nivel europeo!. Si la final fuera esa no sería un gran partido, sería EL PARTIDO, de esos de Champions antigua, en la que la orejona estaba destinada a equipos que cumplían gestas sin igual y que en la cancha se veían 22 señores jugando el deporte más hermoso del mundo, sin artimañas ni detalles oscuros; claro está que no faltará el roce del partido y las provocaciones previas (se acuerda de la bestia negra? jejeje).

    Me encanta leer esos escritos con toques crónicos y que convocan afición. Lo felicito en demasía por su "antiretrospectiva". Saludos y un abrazo de gol!

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    1. Jajaja esperemos que sea un excelente partido.
      Gracias por leerme.

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  2. Interesante el recuento, más allá de que se quiera que uno u otro equipo llegue a la final.
    Un saludo¡¡

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  3. Esto es FE, declarar las cosas que no son como si fueran. Probablemente la 10ma orejona sea la mas gloriosa de toda la historia, por contexto histórico a nivel fútbol. Esa sería la mejor despedida para el mejor DT que el mundo ha conocido.

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  4. Esto es FE, declarar las cosas que no son como si fueran. Probablemente la 10ma orejona sea la mas gloriosa de toda la historia, por contexto histórico a nivel fútbol. Esa sería la mejor despedida para el mejor DT que el mundo ha conocido.

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