Empezó un semestre lleno de expectativas para los fieles hinchas de la academia y el resultado no fue el esperado; sin embargo, se evidenciaron mejoras en varios aspectos técnicos y tácticos que desglosare en esta columna, que nos invitan a soñar con ser los primeros campeones de la Copa Argentina y dar la pelea en la Sudamericana y en el torneo “domestico”.
Empecemos línea por línea, la defensa, sin ser un combinado de virtudes, mostraron progresos en el juego aéreo y en liderazgo, característica que aporta el Tano Ortiz, que, además, dejo ver una importante arma ofensiva que invita a soñar a los racinguistas en nuevos goles por la vía del juego aéreo, arma subvalorada desde la época de Caruso Lombardi.
El medio campo fue la línea que, en mi opinión, más avances mostro con respecto al torneo anterior, con Villar y Centurión muy activos y desequilibrantes (más en el primer tiempo), con el Pulpo Pelletieri convertido en una muralla china y con Camoranessi ( el más flojo) que imprime un poco de pausa y reparte con criterio el balón.
La parte ofensiva sigue siendo muy floja, con un Pepe Sand inasistido y olvidado por sus compañeros y cuándo pudo ser el héroe de la tarde, despilfarro dos penales cobrados de manera anunciada.
En general el equipo me parece que con trabajo puede dar pelea, no me quiero bajar de la pelea del campeonato aunque reconozco que el empate me supo a derrota, pero hay jugadores de jerarquía (incluso tenemos un campeón del mundo) que esperemos estén a la altura de lo que es Racing y demuestren, empezando por este miércoles, que tienen hambre de gloria.
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