Triunfo en el inicio y retorno a Libertadores

Foto: AFP
Deportivo Cali volvía a la Copa Libertadores luego de 8 años sin acceder a la tan anhelada copa del continente sudamericano. Los dirigidos por Leonel recibían a Cerro Porteño por la primera fecha del Grupo 3 en el Pascual  Guerrero que volvía a engalanarse para presenciar un partido internacional.


La situación que vive el Cali empujaba, desde el arranque, a que el equipo saliera con ganas, ánimos y disposición de mostrar fútbol ante el equipo paraguayo pero también imprimía escepticismo en debut copero pues el momento futbolístico es nefasto en cuanto a resultados y demostración de juego (Cali ha logrado 1 punto de 12 posibles).

Leonel en su primer once en la Copa Libertadores configuraba un 4-4-1-1 en donde Lizarazo -que volvía a la titular luego de la lesión- ejercía de enganche. Cuellar-Pérez en el doble cinco con Marrugo-Viáfara sobre los costados y, en punta, el paraguayo Robin Ramirez. El visitante, por su parte, salía con un 4-4-2 con Fidencio - Dos Santos en base acompañado en bandas por Corujo - O. Romero en bandas. Arriba, en punta, eran de la partida Guillermo Romero y Beltrán.

El primer tiempo no estuvo lejos de lo que venía exhibiendo Cali en el torneo local. La falta de claridad con el balón, sumada a la poca -nula- elaboración y al excelente trabajo en fase defensiva de Cerro, hacía ver a un Cali predecible, lento y sin sorpresa en campo rival. Cerro Porteño miraba las cosas de un ángulo distinto. Los dirigidos por Arce se adueñaron del balón en varias fases del partido, triangulando de forma correcta aunque sin generar opciones de alto riesgo en el área defendida por Mondragón. 

Con Lizarazo obligado a recibir casi siempre de espaldas y con un inicio en base difuso, Cali no lograba encontrar vías para hacer daño en ataque al equipo paraguayo, que dejaba muy poco espacio entre líneas además de ejercer una presión intensa.  La más clara de los primeros 45' minutos la iba a tener Corujo que tomó una mala decisión luego de estar mano a mano con el arquero azucarero.

El primer tiempo se iba dejando un malestar a los hinchas que acudieron al Pascual Guerrero debido a que Deportivo Cali carecía de generación de juego y no encontraba respuesta frente a la primera presión de Cerro.

Para los últimos 45 minutos Deportivo Cali iba a apelar más a las ganas que al juego, dejando ver otra disposición anímica y futbolística sobre la grama del sanfernandino. Lizarazo era quien intentaba suministrar cohesión en mitad de cancha en medio del escenario incomodo al que se veía sometido. Los paraguayos eran pacientes con el balón en los pies, iban de un lado al otro con la intención de encontrar espacios en 3/4 de cancha que permitieran dar ese último pase para llegar al gol. 

La pelota duraba poco en los pies del equipo colombiano que iba a encontrar respuestas de mejoría a su juego en el banquillo. Sobre el primer cuarto, Leonel hacía entrar a Rivas por Marrugo pasando a Lizarazo a banda y quedando él como media-punta. Recién ingresado al campo Carlos iba a tener una opción inmejorable. Lizarazo recibió de espaldas, se giró y asistió a Rivas luego de que este ejecutara una diagonal. El 23' acomodó la pelota en carrera y definió ante la salida de Fernandéz pero el disparo se fue cerca.

Cali, con el ingreso de Rivas, encontraba movilidad en 3/4 además de chispa y explosión. El ambiente cambió pero el gol no era latente. Pasado la mitad de tiempo iba a llegar un gol que, por como aconteció, fue sorpresa para todos en el Pascual. Ramirez cayó a banda derecha para ser asistido por Cuellar. El paraguayo llegó a línea de fondo y tiró un centro que Ortiz -defensa de Cerro- desvió en el primer palo. Viáfara, anclado sobre el segundo palo, encontró en el desvió una envío perfecto para poner la testa y así poner el 1-0 en el marcador. Desahogo pasional y furioso de la hinchada y del jugador que minutos antes había sido chiflado por no dar continuidad al juego en varias jugadas.

El DT verde y blanco, en una de esas acciones incomprensibles, quiso "cerrar el partido" enviando a Bolivar por Lizarazo. La decisión enviaba un mensaje directo al equipo: "esperar, robar y salir"; es decir, hay que dar un paso atrás. Luego envió a Mojica por Ramirez para imprimir velocidad y sorpresa en transición. Los últimos 15 minutos Deportivo Cali supo administrar el marcador aunque concedió varias faltas innecesarias sobre el borde del área. 

Con la sentencia del final del encuentro Cali logró cortar una racha de 3 partidos consecutivos sin ganar en el 2014, además de empezar con triunfo en el debut copero. El fútbol exhibido no fue el mejor pero la necesidad de un triunfo, que desviara las corrientes tensas que se viven, era la petición que compartían todos. 

La próxima fecha Cali visitara a O'Higgins en un partido difícil ante un equipo que en los últimos tiempos ha dejado una gran huella con el fútbol ofrecido en el sur del continente. 

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